jueves, 14 de julio de 2022

Tirar con pólvora del Rey

Para algunos políticos, al parecer epígonos de la indocta egabrense -o quién sabe si del ecocomunista-, el dinero público poco menos que crece en los árboles, y por tanto se puede disponer de él con total libertad para los fines más peregrinos, se esté en época de bonanza o de crisis.

Estos políticos suelen ser de izquierdas, separatistas, golpistas o terroristas (estos últimos, cuando no andan pegando tiros en la nuca o poniendo bombas). Hace cosa de un mes presentaron una iniciativa en el Congreso de los Diputados, de modo que cualquier trámite que se hiciera en el mismo pudiera realizarse en cualquiera de las lenguas regionales cooficiales. Pero fueron aún más lejos: pretenden que los diputados (no aclaran si también las diputadas) tengan el derecho de intervenir en las sesiones del Pleno del Congreso y de las Comisiones en cualquiera de las lenguas cooficiales reconocidas estatutariamente en sus Comunidades Autónomas.

Para ello, se apoyan en dos extremos: el artículo 3 de la Constitución, y el hecho de que las sucesivas modificaciones del Reglamento del Senado hayan introducido paulatinamente el uso de las lenguas cooficiales de las Comunidades Autónomas distintas al español en la vida parlamentaria de la Cámara alta.

Ambas apoyaturas se desarman, precisamente, con el precepto constitucional que esgrimen. El uso en el Senado, porque es un sinsentido, una estupidez que nunca debería haberse consentido; y el artículo 3, porque dice muy claro que el castellano es la lengua española oficial del Estado, que todos los españoles tienen el deber de conocerla y el derecho a usarla, y que las demás lenguas españolas serán también (es decir, además de, no en lugar de) oficiales en las respectivas Comunidades Autónomas.

Así que, si nos ponemos puñeteros, y dado que tanto el Congreso como el Senado se encuentran en la Villa y Corte, sus señorías podrán hablar en español… o en cheli.

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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