Con el desgobierno socialcomunista que tenemos la desgracia de padecer, uno (yo) siempre tiene la duda, no si son tontos de baba -que lo son-, ni si se creen que los demás (la ciudadanía) son idiotas -que se lo creen-, sino cual de los dos rasgos presenta una mayor intensidad.
Cuando el psicópata de La
Moncloa se bajó los pantalones delante del moro gurrumino -conducta arriesgada,
a fe mía, aunque teniendo la familia política que tiene, lo mismo está acostumbrado
y todo-, y cambió de modo radical la postura del Reino de España en relación
con el Sáhara Occidental, se aseguró, por parte del consejo de ninistros,
que nada cambiaría en relación con el enemigo tradicional de Marruecos, esto
es, Argelia.
Pues bien, amén de otras medidas anteriores, hace un mes Argelia suspendió el tratado de amistad con España por el giro dado con el Sáhara Occidental. Para no haber cambiado nada, todo está la mar de distinto.
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