Al igual que los izquierdistas, cuando los golpistas catalanes coinciden con la verdad nunca es una confluencia intencionada. Muy al contrario, se produce por azar, por despiste o porque les traiciona el subconsciente.
Así, cuando la
presidente de la asamblea legislativa regional se niega a dimitir y acusa a quienes
piden su renuncia de querer echarla de la política, acierta de pleno,
por una vez. Quieren echarla de la política, donde nunca debió entrar, para
intentar purificarla de su abyecta, hedionda, sectaria, miserable presencia.
Que por algo hay que empezar, cullons.
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