martes, 26 de julio de 2022

Reflexiones atemporales CXIII – Mezclando el culo con las témporas

Lo malo de los giliprogres no son las tonterías que dicen, con ser bastante gordas (al menos, desde mi punto de vista); lo malo es que ni siquiera son coherentes a la hora de expresarse.

Cuando programé esta entrada -mirando las fechas, hace casi mes y medio- había por todas partes diciendo que la no sé qué (queda claro que no presté demasiada atención a los anuncios de marras) sexual no era un juego.

Así, tan pronto hablan de opción como de orientación sexual, y lo mismo dicen sexo que género. En algunos casos hay dos sexos, en otros ninguno -porque es un constructo cultural-, en otros una pluralidad. Usan género y sexo según conviene, y hablan de orientación, identidad, opción sexuales, lo que llevaría a pensar en que no es algo determinado de nacimiento, sino elegido, en cuyo caso, ¿por qué braman contra quienes pretenden curar (vamos a dejar de lado lo desafortunado del término elegido) la homosexualidad? Si se ha elegido, se podrá variar de elección; ¿o es que es algo irreversible, sobre todo cuando se hace en un sentido determinado?

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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