Dice el refrán castellano que del dicho al hecho hay un gran trecho. En realidad, no es tan largo: es el que media entre la izquierda y la derecha, al menos en España.
Así, los neocom
se encaramaron a las instituciones proclamando que se preocupaban por la
gente, aunque cuando estuvieron montados en el coche oficial, el sueldo
oficial y la vigilancia oficial, se vio que la gente por la que se preocupaban
era la suya, y la de nadie más.
La derecha, en cambio
-alguna derecha, al menos-, prefiere hablar menos y actuar más. Es el caso de
la presidente de la Comunidad de Madrid, que tan pronto levanta en tiempo
récord un hospital para hacer frente a la emergencia producida por la pandemia
de la COVID-19 como activa una oficina antiocupación, en la que bastará una sola llamada para una actuación exprés.
Así que a la izmierda le digo aquello de menos lirili y más lerele.
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