Probablemente -comprobando las fechas estaba casi seguro, y leyendo la entrada correspondiente lo confirmé- la incorporación de este libro a mi biblioteca surgió de la lectura, hace ahora un año, de El mapa fantasma.
Es esta una novela que
podríamos llamar típicamente dickensiana, es decir, con las
características que uno atribuye a los trabajos del escritor inglés: melodrama,
crítica social, muertes trágicas y una cierta esperanza en un mundo mejor.
Hay también personajes
caricaturescos, como es el caso de Josiah Bounderby, que en un esfuerzo de
presentarse como un triunfador (atención, spoiler) falsea sus orígenes
queriendo presentarlos como más humildes y desgraciados de lo que en realidad
eran.
En resumen: no es mal libro, pero Dickens los tiene mejores y más entretenidos.
P.D.: La portada que aparece como imagen de esta entrada es, precisamente, la de la edición que he leído yo.
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