La izquierda española -no sé si
en otros países pasa lo mismo- siempre se ha presentado a sí misma -la
autoconcedida superioridad moral, ya se sabe- como la cima de la decencia, la
honradez, la honestidad y la pureza. Incluso han llegado a decir, cámaras de
televisión mediante, que alguien de izquierdas es genéticamente incapaz de
cometer un delito.
Naturalmente, esto es falso. De hecho,
a ojos de alguien de derechas, parece que en los políticos de izquierdas se
concentran la indecencia, la deshonra, la deshonestidad y la impureza.
Ejemplo de todo lo que digo es el
llamado caso Mediador, en el que la figura señera es un político
canario, de los de la mano y el capullo, conocido como tito Berni. Y como
el susodicho ha estado en el tejemaneje de comisiones y lenocinios desde hace
la torta de tiempo, hay implicadas fundaciones del desgobierno socialcomunista que
tenemos la desgracia de padecer, fundaciones que tienen en su patronato a ministros en ejercicio.
Y como de casta le viene al
galgo, mientras tito Berni atacaba a Isabel Díaz-Ayuso por mantener
abierta la hostelería durante la pandemia, se iba a restaurantes y acudía a clubes de alterne, en los que su sobrino (al que dejó un puesto en la administración regional, en el más puro ejercicio de caciquismo de la peor ralea) dejaba a pagar deudas de hasta quinientos euros.
Que esto es algo que ha hecho
pupa se ve en la reacción de los portavoces del partido cuando son consultados sobre
la materia. Francisco Nadie, que nunca ha sido precisamente un prodigio
de elocuencia ni de sutileza, fue preguntado sobre la identidad de los implicados,
y contestó con un qué más dará. Pues da bastante, señor López,
porque esa gente representa a todos los españoles -por desgracia-, y el dinero
que se gastan es el nuestro, porque nuestro es el dinero público.
Y mientras, las feministas tachan de vergüenza el silencio de la
marquesa de Villa Tinaja sobre el tema y exigen la dimisión de la titular
del ninisterio de Lomismodá. Claro, que para dimitir tendría que tener vergüenza,
que es algo de lo que carece. Ella, y toda su patulea.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!