La izquierda española siempre ha considerado el poder público como de su exclusiva y excluyente propiedad. El poder les corresponde a ellos, y buscarán controlarlo lo más posible y ejercerlo mientras les dejen.
Por eso, que un exdirector de la Agencia
Tributaria denuncie que el informe falso para exculpar al teledirector de
orquesta apunte directamente a la cúspide del Ministerio -esto es, a Petisú
Montero, mano derecha del psicópata en Moncloa y en Ferraz- no causa ninguna
sorpresa porque no supone ninguna novedad.
Es, simplemente, más de lo mismo. Más de lo de siempre.
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