Para los progres del mundo, Javier Milei es lo peor de lo peor: no sólo ha vencido en las urnas al peronismo, uno de los mejores ejemplos del mal que el populismo puede hacer a un país rico, sino que, con sus medidas, está demostrando aquello que decía Eduardo Punset cuando fue candidato: que hay otra manera de hacer política.
Y esa otra manera es aplicar las políticas
liberales que, en el aspecto económico, no es que sea el mejor sistema descontados
todos los demás, que decía Churchill respecto de la democracia y los sistemas
políticos; es que es, lisa y llanamente, el único verdaderamente bueno.
Y las cifras están ahí: en poco más de un año en el poder, ha sacado de la pobreza a dos millones de sus compatriotas. Si le dejan hacer, al completar su mandato es posible que Argentina esté en el lugar que, por su potencial, le corresponde.
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