Cuando un artista pasa más tiempo -y es más conocido- en temas ajenos a su arte, especialmente si ese tema es la política y sus derivados, suele ser porque trabajo tiene poco, nadie le hace ni refitolero caso y busca notoriedad.
Parece ser el caso del actor Joel Joan
que, según Wikipedia, desde 2.018 no se come un rosco (profesionalmente, se
entiende), y que se dedica últimamente a montarla por cuenta de su ideología
independentista catalana. Es decir, como no se come un rosco como actor, da la
tabarra como payaso… y que me perdonen clowns, bufones y demás miembros del
gremio de los artistas circenses.
Es lo que pasó a poco de haber empezado este
año, cuando llamó fascista y supremacista a un restaurante por no tener la carta en catalán. Cuando le dijeron que tampoco la tenían en inglés se
indignó, y su comentario fue que su buenismo (el de los independentistas
catalanes, se entiende) terminará con ellos.
Jopetas, he oído llamar muchas cosas a los de
la barretina, pero buenistas es la primera vez. Y, para colmo, parece
que todo es inventado, porque varios usuarios de las redes sociales le desmintieron,
alegando que la carta del restaurante sí está disponible en catalán.
Que puede ser cierto o no, pero su palabra vale, por lo menos, tanto como la del catanazi.
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