Para la izquierda, si está en el poder, si las cosas van bien, y si van mal es culpa de la derecha. Si no está en el poder, si las cosas van bien es de pura casualidad, y si van mal… es por culpa de la derecha. Es decir, ellos nunca tienen la culpa de nada.
Así que, si en un año, la pobreza ha caído más de diez puntos en Argentina, gobernando el no precisamente izquierdista Milei, y
la izquierda es capaz de reconocer ese desplome, lo atribuirán al Niño (no a
Jesucristo, sino al fenómeno climático), a la casualidad, al hecho de que
en Chile gobierne la izquierda o a Marx sabe qué.
Todo, menos admitir que hay dos manera de hacer las cosas: la de la izquierda y la correcta.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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