Creo recordar que una de las definiciones de demagogia, o de populismo, es la de predicar soluciones sencillas a problemas complejos.
Tomemos el caso de la vivienda, lo
restringido del mercado inmobiliario y los altos precios de la misma. Parecería
que el problema radica en los propietarios de los pisos, que (malvados ellos)
pretenden ganar dinero con su inversión. Lo peor de lo peor, no digamos ya si
se trata de fondos, de esos que son peyorativamente calificados de buitre.
La solución será, entonces, desposeer a los
propietarios de sus propiedades para ofrecerlas a la gente, que podría así
adquirirlos. Por eso, los neocom exigen expropiaciones de viviendas a los fondos y celebran que se vayan de Cataluña.
Porque, naturalmente, esos pisos los comprarán mileuristas, aunque sigan siendo igual de pobres que hasta ahora.
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