Lo malo de los progres no son sus postulados, que podría llegar a admitirse que son buenos e incluso beneficiosos, sino que sólo predican esos postulados respecto de los demás, nunca para aplicárselos a ellos mismos.
Es decir, predican la redistribución de la
riqueza, pero nunca de la suya, sino de la de los demás. Defienden la
limitación de los salarios, pero nunca de los suyos, sino de los de los demás. Critican
las viviendas lujosas o la propiedad de varios inmuebles, pero nunca en
su caso, sino en el de los demás. Y defienden la ocupación de viviendas… pero
nunca en su caso, sino en el de los demás.
Es el caso del alcalde de Gerona, de los cliks
unidos de Playmobil, que ha exigido (esta gente nunca pide, ruega o solicita,
sino que siempre reclama o exige) cambios legislativos para evitar las ocupaciones de viviendas.
Vaya con los progres.
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