Dice
un viejo refrán castellano -lo de viejo y refrán viene a ser una
redundancia, puesto que todos los refranes son (en mayor o menor medida) viejos-
que una cosa es predicar y otra dar trigo. Iba a añadir que hay otro que dice
que unos cardan la lana y otros crían la fama, pero es que los suciolistos
-pues a ellos va dedicado esta entrada, como por otra parte lo están gran parte
de las de mi blog, que para darle caña a la derecha ya están Púbico, El
Pis y panfletos de semejante ralea- ni siquiera están criando fama… salvo
de malos gestores, profundos inútiles y sectarios insensibles.
A
la que vamos. Sin vocales, en uno de sus Aló presidente con
preguntas tasadas, anunció un plan de choque (de estrellarse, más bien)
de doscientos mil millones de euros. De esa cantidad de dinero (es una manera
de hablar, todo eso no se va a traducir en dinero contante y sonante -o
crujiente, si hablamos de billetes- ni de coña), trescientos millones de euros
(ni un 0,15%) va a ir destinado a la sanidad de las comunidades autónomas… que
es lo que, ahora mismo, es relevante de verdad. No a medio plazo: ya.
Y
mientras son las empresas privadas, grandes y pequeñas -esas a las que en el
gobierno, en el mejor de los casos, desprecian, y en el peor, aborrecen- las
que están mostrando la verdadera pasta de la que están hechos los verdaderos
españoles, los que aman a su patria, su bandera, su himno y a sus
conciudadanos, sean del lugar que sean. Esa es la auténtica solidaridad, la capitalista,
y no la progreizquierdista.
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