domingo, 26 de abril de 2020

Vilezas

Cuando un partido ocupa (democráticamente) de modo continuado el poder, sea en un país, una región o una ciudad, tiende a considerar que ese poder le corresponde por derecho. Igualmente, suele ir tejiendo redes (de influencia, clientelares, de relaciones) que le permitan mantenerse en el poder.
Ocurrió en Andalucía, durante los casi cuarenta años que el PSOE detentó el gobierno regional. Ocurrió en Cataluña, donde los regionalistas de derechas infiltraron de tal modo la política que cuando llegó la (teórica) izquierda al poder, siguió haciendo lo mismo… o peor. Ocurrió en Madrid, o al menos eso es lo que dice la izquierda, con los casi treinta años de gobierno regional del PP (eh, soy de derechas, qué menos que concederles el beneficio de la duda). Y ha ocurrido en Vascongadas, donde el partido de los herederos del racista oligofrénico lleva recogiendo nueces desde el principio de la democracia.
Antes de que todo esto del coronavirus empezaba, el panorama era que ese partido podría perder el poder en favor de socialistas, neocom y etarras. Sí, de esos dos con los cual el primero de ellos dijo que jamás pactaría, y con los que ya lo ha hecho.
Después de todo esto… veremos.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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