Algunos
dicen que España, con dos individuos sin escrúpulos al timón del país, va
camino de ser como Venezuela. A mí, personalmente, me parece que exageraban. Y
hablo en pasado porque están ocurriendo cosas que, poniéndonos en lo peor,
luego no podremos decir que no estábamos avisados. También me pregunto si en
Europa lo permitirían… para, a renglón seguido, ponerme pesimista y considerar
si siquiera les importaría.
A
lo que iba. Hace diez días, los empresarios que fabricaban hidrogeles denunciaron
que no podían seguir produciendo porque el Estado había expropiado las materias primas. Eso les obligó a cerrar las fábricas porque las autoridades habían
precintado los productos. Aunque, más que una expropiación -que se ha de hacer
por razones de interés público, pagando el justiprecio y demás- se trató de una
confiscación en toda regla -si fuera un particular, hablaríamos directamente de
un robo-, ya que el Gobierno no pagaba a los empresarios el material… lo que,
de rebote, hacía que aquellos que no tuvieran liquidez y sí cargos que abonar
se vieran abocados al cierre. Lo peor es que, según el artículo, el Estado
acapara las materias primas, pero no las suministra, y si alguno se queja es
acusado en los medios públicos poco menos que de enemigo del Estado. ¿Le
suena a alguien?
Y
luego está la orden ministerial excretada por el chico para todo del
Gobierno, que según los más pesimistas -o los de visión más preclara- legaliza
la ocupación, por más que los expertos jurídicos (no los a sueldo del Gobierno,
sino los independientes) sea una chapuza jurídica.
Lo
dicho. ¿Eso no puede pasar aquí?… pues no estoy yo tan seguro, ahora
mismo.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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