Debió
ser hace dos semanas cuando decidí que las entradas relativas al Covid-19 agruparían
las noticias relativas al tema que hubieran aparecido ese día. Y hoy tocan las
del pasado catorce de Abril (de ahí lo de dos semanas).
El
primer titular fue el de que el desgobierno de España había confiscado un lote de test que una empresa privada -Siemens Gamesa- había adquirido para practicar
los análisis a sus empleados. Para los escépticos, esto no pasaría de ser una
muestra más de la arbitrariedad de esta administración socialcomunista que
tenemos la desgracia de padecer. Para los conspiranoicos, en cambio, sería otro
indicio de la deriva hacia el totalitarismo de izquierdas al que nos estarían
encaminando.
El
segundo es que, con esta situación excepcional, la izquierda está haciendo a
las claras lo que siempre se le ha dado mejor: esto es, saltarse la legalidad a
la torera. Sé que me repito, pero ya lo anunció Paulino Iglesias en sede
parlamentaria hace más de un siglo. En concreto, el ninisterio de Sanidad
-su titular es, según dicen, católico, dialogante y del Español… pues vaya, yo
soy dos de esas tres cosas y nunca se me ocurriría postularme como titular de
Sanidad- habría incumplido la Ley de Contratos del Sector Público al no publicar la identidad de los proveedores, en casos como el de los test que no
sirven, las mascarillas que no sirven… Algo que parece hecho exprofeso para el
refrán de piensa mal y acertarás.
El
tercer asunto fue que ya hace dos semanas los laboratorios privados alertaban
acerca de que el control de precios por el desgobierno podía impedirles seguir operando. Y hace unos días las farmacias han anunciado que no pueden vender las
mascarillas al precio fijado por el desgobierno, porque eso supondría hacerlo a
pérdida.
Y, finalmente, llegamos a la comprobación palmaria
de que este desgobierno miente cada vez que habla. Se les ha llenado la boca a
unos y a otras (suciotontos y neocom) afirmando por activa, por
pasiva y hasta por perifrástica, que lo que se nos venía encima era algo
imprevisible. Esto no se compadece con el hecho de que el filósofo perico se dirigiera a las autoridades comunitarias dos días antes del aquelarre feminazi diciendo
que el asunto era preocupante, entraña riesgo serio y no debemos
subestimarlo. Y, o no se habla con el resto del gabinete de ninistros
o padece un caso grave de esquizofrenia, porque el desgobierno desoyó dos advertencias sobre el coronavirus en el Consejo de Sanidad de la UE ese mismo
día. Dichos avisos fueron expuestos por la comisaria de Salud europea y por el
Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades.
Por
ello, y por mucho más…
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