En
su intento de camelar (atraer sería un verbo demasiado suave) a los
partidos de la oposición (o, al menos, a los que no le apoyaron en la sesión de
investidura), el desgobierno de Pierre Nodoyuna parece estar empleando la
táctica del poli bueno y el poli malo. Lo que ocurre es que dicha táctica
resulta poco creíble -incluso haciendo abstracción de sobre quiénes estamos
hablando- cuando el poli bueno es el jefe del poli malo.
Así,
hace un par de semanas, Pdr Snchz prometió de corazón aparcar los
insultos para un encuentro con la oposición a la semana siguiente (es decir, la
pasada, mirada desde cuándo escribo), haciendo un llamamiento a la desescalada
de la tensión política (hay que ver lo que les ha gustado la palabrita desecalada:
cuando Edmund Hillary y Tenzing Norgay alcanzaron la cima del Everest, no desescalaron,
se limitaron a bajar). Pero siguió sin descolgarle el teléfono al líder del
principal partido de la oposición -imprescindible para cualquier acuerdo que
quiera tener una mínima apariencia de ser de Estado-, al tiempo que su portavoz
parlamentaria, Adriana Lastre, se dedicaba a acusar de todos los
males de España al PP. Vamos, que si no le acusó hasta de la muerte de Manolete
sería porque los progres son antitaurinos, que si no…
Cómo
estarán las cosas que hasta unos mercenarios (en el sentido de que sirven al
mejor postor) como los epígonos de Sabino Arana manifestaron que cada vez resulta más difícil soportar la permanente escenificación de Pedro
Bello.
Por
ello, y por mucho más…
¡¡¡EL
GOBIERNO ES RESPONSABLE!!!
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