No
es que el consejo de ninistros español esté gestionando mal la crisis
causada por el Covid-19: es que, según todos los indicios, es difícil hacerlo
peor. Y esto no es una mera licencia poética, es una realidad palmaria. A nivel
planetario, que diría Masturbito.
Da
lo mismo el ámbito de la sociedad en que nos fijemos, el desastre parece inevitable.
Sea económico, social, demográfico, deportivo, sanitario, empresarial… ya lo
digo, da lo mismo. A la inepcia unen la soberbia y una total falta de
escrúpulos, que les lleva a improvisar, no ya soluciones, sino incluso parches.
En el curso de horas, pueden decir una cosa y la contraria, volviendo locos a
los españoles y sin remediar nada.
Hace
un par de semanas, uno de mis hermanos -cuando salió el tema de cómo y cuándo
reanudar los colegios, qué sistema habría de establecerse para calificar a los
alumnos, si podría pasarse o no de curso con suspensos- reflexionó en voz alta
sobre si esto perjudicaría a toda una generación de españoles.
Tengo
que decir que, al no tener hijos, todo esto me pilla, como quien dice, más de
lejos, más en el plano puramente teórico. Lo primero que pensé es que tampoco
es para tanto: al fin y al cabo, la Guerra Civil duró tres años, y gran parte
de la familia de mis padres (los de su generación, quiero decir) salió bastante
entera académicamente de todo ello.
Pero
luego pensé que estos son otros tiempos. Que los niños y jóvenes actuales son
más blanditos, menos habituados al esfuerzo. Es decir, que sí: que puede
que además del golpe económico, el nivel educacional de España -que tampoco es
que fuera como para tirar cohetes, la verdad- se vea también arrasado.
Por
ello, y por mucho más…
¡¡¡EL
GOBIERNO ES RESPONSABLE!!!
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