El psicópata de La Moncloa echará la culpa de que sus vaticinios no se cumplan (en realidad, echa, puesto que sus pronósticos no se cumplen ni por equivocación) a todo lo que se le ponga por delante.
Sin embargo, lo malo de
hacer responsables a los demás -ya sean los argelinos, los rusos, los empresarios,
los ciudadanos o la derecha- es que esos imputados pueden responder y, de
hecho, suelen hacerlo. Por ello, es mucho mejor echar la culpa a algún ente
inanimado, que no pueda replicar.
Y, de todos, el favorito
es el tan traído y llevado cambio climático, una rebuznancia como un
castillo porque el clima es, por esencia, cambiante. Y como al psicópata le da
lo mismo Juana que su hermana, en cuanto a entornos en los que soltar sus
proclamas, hace unas semanas aprovechó el incendio del parque nacional de
Monfragüe para sentenciar que el cambio climático mata. Tanto da que los
incendios fuera intencionados o que no se hubieran hecho las labores de
prevención adecuadas: la culpa de todo era del cambio climático.
No se debe dar cuenta -y si se la da, le importa una higa- de que, contaminando como contamina a desplazarse, es más responsable que la mayoría de los españoles de esas muertes…
No hay comentarios:
Publicar un comentario