lunes, 1 de agosto de 2022

Aquí los insostenibles son ellos

Tanto Churchill como Thatcher -probablemente dos de los más grandes primeros ministros que haya tenido el Reino Unido en toda su historia- acertaron al señalar, con distintas palabras, que el socialismo es incapaz tanto de generar riqueza como de administrar sabiamente la ya existente.

Se me ocurre que en la parábola de los talentos, no llegarían siquiera a ser el que enterró su talento: el siervo socialista lo dilapidaría (figura que, al consultar Wikipedia, me encuentro con que se recoge en el llamado evangelio de los nazarenos… y es que no hay nada nuevo bajo el sol), y luego le echaría la culpa a los otros dos.

A lo que iba: los socialistas españoles, cuando no se dedican a robar el dinero público, lo dilapidan a manos llenas (porque ya se sabe, como dijo la indocta egabrense, el dinero público no es de nadie). Y si encima el dinero viene de Europa, con lo que el chorreo es mayor, más todavía (confiando, supongo, en que en Bruselas nadie les pedirá cuentas).

Y a esto no es ajeno ninguno de los miembros del desgobierno socialcomunista que tenemos la desgracia de padecer. Ni siquiera los a priori más cualificados: Nadie Peludiño se gastó, hace mes y medio, ochocientos mil euros de los fondos europeos en fomentar el -vaya usted a saber lo que es eso- humanismo tecnológico.

Y todo para, dicen, promover el desarrollo sostenible de la humanidad.

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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