El problema de ceder una sola vez a un chantaje es que nada te asegura que el mismo no vaya a repetirse. Es más, es casi seguro que, visto el éxito inicial, el chantajista repetirá la jugada una y otra vez.
Y eso es lo que está
ocurriendo entre el psicópata de La Moncloa y los ierreceos. El primero
necesita a los segundos para apuntalar parlamentariamente al gobierno
socialcomunista que tenemos la desgracia de padecer. Y los de la esquinita lo
saben, y amagan con retirar ese apoyo a las primeras de cambio.
Está por ver si, llegado
el caso, retirarían finalmente su apoyo. Como certeramente ha señalado Arnaldo
Otegi, a los separatistas les conviene que Sin Vocales siga en el poder tanto
tiempo como sea posible: con nadie han conseguido tanto como con él, y con
nadie van a conseguirlo.
Dicho lo cual, siguen
exprimiendo la gallina de los huevos de oro (los huevos son los nuestros, y
empiezan a estar ya más que doloridos), y le arrancar promesas -aunque ya
sabemos lo que vale la palabra de un mentiroso compulsivo y patológico como Pdr
Snchz (pista: menos que un euro de corcho)- como la de reactivar la mesa
de diálogo el pasado mes de Julio. Y no sólo eso, sino que se permiten
pavonearse de ello.
Mientras, Feijoó, que para ser gallego a veces habla bastante claro, dijo lo que yo escribí antes: que el secretario general de los de la mano y el capullo va a ser presidente durante el tiempo que quiera el político del apellido históricamente delator.
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