En la ficción existen numerosos materiales de una dureza insuperable: el mithril del legendarium tolkieniano, el adamantium de los tebeos de Marvel, el japanium de Mazinger-Z y tantos otros. Pero a todos les supera la caradura del desgobierno socialcomunista que tenemos la desgracia de padecer.
Dicen una cosa y a continuación
la contraria, sin disculparse no reconocer que se han equivocado. Cuando -cada
vez que, es decir, siempre- algo sale mal, la culpa es siempre de los
demás, de la casualidad o de Franco.
Y si hay descontrol en
la inmigración ilegal, porque no da abasto y no puede ejecutar la devolución,
se deriva a ese excedente a ogés que son gestionadas (¿veis
por qué las llamo gubernamentales, en vez de no gubernamentales?)
por el ninisterio de Exclusión, Inseguridad Asocial y Tráfico de
Personas.
Con lo cual, y como diría Muñoz-Seca… ni Dios sabe dónde están.
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