El psicópata de La Moncloa lo negará con todas sus fuerzas, y se mostrará molesto cada vez que se lo digan a la cara, pero es un autócrata. Exactamente igual que el Generalísimo, salvo que éste creía hacer lo que era mejor para España, y Sin Vocales hace sólo lo que es mejor para él.
Y al igual que el
Caudillo atribuía toda oposición a su régimen a una presunta conjura
judeomasónica, el primer ninistro del desgobierno socialcomunista
que tenemos la desgracia de padecer atribuye a cenáculos de Madrid y señores con puro los rumores sobre su marcha.
A un frenopático, tendría que marcharse, más pronto que tarde.
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