Tener una educación religiosa y un cierto poso judeocristiano resulta en ocasiones, además de una superioridad en el plano moral sobre quienes carecen de ella, una ventaja práctica.
Tomemos el caso de la
que fuera portacoz del desgobierno socialcomunista que tenemos la
desgracia de padecer y única ninistra de Sacacuartos que ha tenido el
psicópata de La Moncloa. Licenciada en Medicina y Cirugía, según Wikipedia su
carrera profesional ha estado centrada en la gestión sanitaria, algo que
sin duda merece el eterno agradecimiento de quienes, de otro modo, habrían
tenido la desgracia de ser pacientes suyos (porque, viendo como gestiona, da
pavor pensar en ella empuñando un bisturí).
Me estoy desviando del
tema. Esa cateta ilustrada -hace poco oí que, mientras que el seseo es admisible,
el ceceo es una incorrección… y si, además, salpimentas uno y otro
aleatoriamente, como hace Marisú, el resultado oscila entre
desconcertante y enervante; pero vuelvo a desviarme- criticó, en la campaña electoral
de los pasados comicios regionales andaluces, el superávit presupuestario del
PP porque, según ella, es quedarse con dinero sin gastar.
Volviendo al principio, los que hemos leído -o, al menos, escuchado leer con un mínimo de atención- la Biblia sabemos que no es más que aprovechar la época de vacas gordas para tener con qué afrontar la de vacas flacas.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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