No parecía que la, según dicen las malas lenguas, actual mucama del Chepas -después de la rubia Tania y la morena Irene, tocaba una pelirroja… ¿qué será lo próximo? ¿Una calva, una mujer barbuda?- fuera a tener una carrera de importancia en la política.
Su oratoria mejorable, la escasa
documentación de sus asertos, su entusiasmo descriptible, su currículo inexistente,
todo ello la encaminaba a la más absoluta obscuridad. Pero, ahora que lo
pienso, en todo ello -también en lo de ser hija de papá- coincide con la
inmensa mayoría de los neocom que copan los altos puestos de la Administración
bajo la égida del desgobierno socialcomunista que tenemos la desgracia de
padecer.
Y hete aquí que hace
menos de un mes se supo que Juanita Petarda había destituido al líder de
los paleocom como secretario de Estado para la agenda 2.030, y que sería sustituido por la susodicha. Ahora bien, se me escapan las razones últimas de la
elección: porque sí, porque no, para joder a la marquesa…
En cuanto al apodo que le he puesto, y que da título a la entrada, lo cedo libremente. Seré feliz de encontrármelo por ahí, porque será signo de que voy creando tendencia.
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