En la sentencia del Supremo sobre el caso de los EREs fraudulentos, confirmatoria de la anterior del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, podría decirse que son todos los que están, pero que ni mucho menos están todos los que son.
Tomemos el caso de Marisú
Montero, actual ninistra de Apandamiento en el desgobierno
socialcomunista que tenemos la desgracia de padecer y anteriormente consejera
regional del ramo. Precisamente, mientras desempeñaba esta responsabilidad
-aunque en el caso de los de la mano y el capullo habría que hablar, salvo
notabilísimas excepciones, de irresponsabilidad- se negó a reclamar la devolución de los seiscientos ochenta millones defraudados.
Si eso no es una dejación de funciones, que venga Dios y lo vea…
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