Probablemente, todo el progrerío -que lo tuvo en palmitas hasta no hace tanto tiempo- descartará las palabras de Woody Allen, a propósito del asunto Rubiales -sí, hasta el director neoyorquino opina sobre el tema-, como las de alguien que estaría mejor callado (aunque haya sido declarado inocente de las acusaciones en sede judicial).
En fin, que lo que el señor Allen
ha dicho es que es difícil imaginar que una persona pueda perder su trabajo por dar un beso. Pero es que esto es España, donde todo el mundo (progre)
tiene que demostrar que es más papista que el papa.
Y donde todo se politiza, también...
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