Cuando la derecha en general, y la española en particular, actúa sin complejos frente a la izquierda, gobierna mejor que ésta.
Una de las pruebas es que, apenas
tres meses después de la celebración de las elecciones regionales y municipales,
el gobierno de coalición entre PP y Vox en Baleares ha eliminado uno de los
requisitos más demenciales y a la vez más humillantes impuesto a los médicos
por el desgobierno socialcomunista regional. Dicho requisito era el de saber catalán.
Demencial, porque el requisito de
una lengua que, diga lo que diga el estatuto de autonomía, ningún español tiene
el deber de conocer, privaba a la sanidad regional de profesionales que, aunque
excelentes, no hablaban ese dialecto del occitano que se usaba en Barcelona.
Humillante porque, teniendo el archipiélago varias lenguas autóctonas -si bien, y aquí me columpio probablemente, circunscritas a las islas respectivas-, era una nueva muestra de sumisión de la izquierda española al secesionismo catalán el exigir un idioma externo a las Pitiusas.
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