Es inútil buscar otro PSOE, distinto del Pedro Sánchez Os Engaña en que se han convertido los de la mano y el capullo. La formación siempre ha sido lo mismo, una máquina de alcanzar y detentar el poder por lo civil o por lo criminal (no voy a repetir aquí, por archisabidas y ultrarreiteradas, las palabras con las que Senior se estrenó en sede parlamentaria).
Y en esa constante histórica,
nunca han tenido escrúpulos en aliarse con los enemigos internos de España como
nación (milenaria, probablemente la más antigua de Europa, puesto que ya desde
los visigodos hay un concepto de Hispania como una entidad entre los Pirineos y
Gibraltar), aunque eso supusiera perder poder en zonas del territorio.
Como digo, esto no es algo nuevo,
es algo que viene de atrás, de muy atrás. Es algo, por tanto, consustancial al
socialismo español, salvo honrosas excepciones. Y que el PSOE regale la política lingüística en Navarra al separatismo vasco, de modo que los epígonos
del orate con chapela tengan manos libres para (intentar) imponer el vascuence
(aunque hace poco estuve en San Sebastián y la gente hablaba en español; con
acento ahivalahostia, pero español) no es el acabose.
Es, como diría Mafalda, el continuose del empezose.
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