Sé que me repito más que el ajo, pero es que es cierto. O lo mismo es el sesgo de confirmación, no lo sé.
A lo que voy: dejados a sus
anchas, los secesionistas catalanes se despellejarían unos a otros de forma
inmisericorde. Y lo hacen porque, necionanistas como son, no soportan
que otro pueda llevarse el mérito de cualquier consecución, aunque esa
consecución redunde en beneficio de su (teórico) objetivo último, esto es, la
independencia.
Tienen, además, que mostrar -de
cara a las hordas enardecidas que son su carne de cañón- que son más papistas
que el papa. Y por eso, cuando parecía que jotaporcatos e ierreceos
estaban a punto de alcanzar un acuerdo con el psicópata de la Moncloa para
reeditar el desgobierno socialcomunista que tenemos la desgracia de padecer,
salió la sedicente y sediciosa asamblea nacional catalana y señaló que pactar con quien nos reprime no puede ser el camino.
Extraña manera de reprimirlos, darles casi todo lo que le piden…
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