Hay quienes dicen que el psicópata de la Moncloa ha desnaturalizado al partido de los de la mano y el capullo, que todavía existe otro PSOE al que cabe apelar y con el que cabe llegar a pactos de Estado.
Los que leen este blog ya saben
que no es esa mi opinión. El partido socialista es un partido delinquidor desde
su misma fundación, convicto y confeso en sede parlamentaria. Sólo ha tenido un
objetivo -alcanzar y detentar el poder-, y a él ha dedicado todos sus esfuerzos
sin escrúpulo ninguno, aliándose con quien hubiera que aliarse.
O sea, que el hecho de que en la
argumentación que el desgobierno socialcomunista que tenemos la desgracia de
padecer ha enviado a Cocomocho señale que si hay amnistía el butifarrendum
II no es delito y se puede repetir no es algo que deba sorprender o
escandalizar por inesperado. Es, precisamente, lo que cabía esperar de
semejante formación política.
Y todavía hay quien les vota.
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