Una constante de las sucesivas generaciones es la de repetir, machaconamente, lo de esto en mi época no pasaba. Cómo será la cosa que ya Cicerón dijo aquello de o tempora, o mores.
Y como uno (o sea, el menda) ya
va teniendo una edad, me toca lamentar la escasa educación -por decirlo de
alguna manera- de la juventud actual, lo caprichosa que se ha criado y lo egoístas
y groseros que son. Sólo me queda desear que sus hijos les hagan darse cuenta de
cómo se están portando actual.
No es que nosotros seamos buenos, que lo somos. Es sólo que estamos mejor educados. Así que, ¿qué ha fallado en la transmisión de los valores?
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