Entre el interés general y el particular del partido, los de la mano y el capullo nunca han dudado, y han dado siempre primacía al segundo. Y el único interés del partido ha sido siempre, como les ocurre a todos los marxistas, alcanzar el poder y no soltarlo, detentándolo tanto tiempo como les sea posible.
Y si para ello tienen que aliarse
con los enemigos de España, se alían. Y si para ello tienen que mentir,
mienten. Y si para ello tienen que robar, roban. Y si para ello tienen que
matar, matan. Y si para ello tienen que provocar una guerra civil, la provocan.
Y si para ello tienen que poner en riesgo la integridad de España, la ponen.
Por ello, el que el desgobierno
socialcomunista que tenemos la desgracia de padecer dé alas a la exigencia de
Urkullu para interpretar la Constitución dentro del Estado plurinacional
no es una novedad. Es más de lo mismo. De lo de siempre.
Por desgracia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario