La izquierda española en general, y los de la mano y el capullo en particular, están muy acostumbrados a expresiones grandilocuentes como bloqueo de las instituciones o reglas no escritas.
Claro está, emplean tales construcciones
gramaticales cuando les favorecen a ellos o (piensan que) pueden perjudicar a
los contrarios. Porque en esto, como en todo lo demás, no tienen ningún
escrúpulo en hacer lo que sea con tal de alcanzar sus fines, tal y como puso de
manifiesto en su estreno parlamentario el fundador del partido.
Y con motivo del término del mandato del gobernador del Banco de España, un profesional de la cabeza a los pies, el
desgobierno socialcomunista que tenemos la desgracia de padecer está dando
muestras cumplidas de lo que acabo de señalar. No sólo porque todavía no ha
avanzado siquiera el nombre del posible sucesor -el nombramiento corresponde al
poder ejecutivo-, sino porque parece decidido -y no sería la primera vez que los
socialistas hacen tal cosa- de ser él quien proponga también a quien será
vicegobernador…
…cuando la regla no escrita es que esa figura la propone el primer partido de la oposición.
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