jueves, 27 de junio de 2024

Orwell

La progresía suele conceder bastante importancia a las declaraciones de orden político o ideológico que hacen personas del mundo de la cultura, el deporte o, en general, ajenas a la política profesional.

Les concede importancia y relevancia, claro está, cuando esas declaraciones son de índole progresista. Porque cuando son del tipo contrario o, simplemente, difieren de los postulados que propugna el mundo de la izquierda, al declarante le cae la del pulpo.

Tomemos dos casos parecidos. Primero el más reciente, el de Mbappé, que tras el triunfo del partido de Le Pen en las elecciones europeas y la convocatoria de comicios legislativos por parte de Macron, presidente de la república francesa, dijo (copio y pego del artículo) que Estamos en un momento crucial de nuestro país. La Eurocopa es importante en nuestra carrera, pero somos ciudadanos y no estamos desconectados de lo que pasa en nuestro propio país. Estamos en una situación inédita y en un momento importante, para añadir que Sabemos que los extremos están a las puertas de nuestro poder. Llamo a todo el mundo a votar, a tomar conciencia de la situación. Tenemos la necesidad de identificarnos con nuestros valores de respeto. Espero que tomemos la buena decisión.

Hay que observar que el francés no hace referencia explícitamente al partido de derechas. Sin embargo, prácticamente todo el mundo -empezando por el redactor del artículo y terminando por un servidor- ha interpretado que sólo se estaba refiriendo a la extrema derecha, y no a la extrema izquierda (que, por otra parte, pocas posibilidades tiene de ser determinante en la política francesa).

Luego está el caso de Salvador Salva Ballesta, que fue futbolista profesional, llevaba en sus botas la bandera de España y hacía un saludo militar cuando marcaba un gol. Creo que fue en el Celta de Vigo donde los ultras se opusieron a que formara parte del cuerpo técnico por facha, y la directiva tuvo los santos dídimos de tragar con semejante sapo (me refiero a los aficionados) y desestimó la contratación.

Parece que no todas las declaraciones son igual de respetables, al menos para todos.

P.D.: Sí, ya sé que la imagen no tiene mucho que ver con el tema de la entrada (salvo en el deporte implicado), pero es que, o empiezo a usarlas o se me amontonan de mala manera, y es que me da cosa...

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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