Cuando alguien está convencido de lo que hace, no se retira hoy para luchar otro día, sino que presenta batalla cueste lo que cueste. El desgobierno socialcomunista que tenemos la desgracia de padecer no está convencido de nada -salvo de seguir detentando el poder todo lo que les sea posible, al precio que sea necesario- y, además, son cobardes hasta decir basta.
Poco después de la derrota mencionada en la
entrada anterior, el consejo de ninistros retiró la Ley del Suelo a unos minutos de empezar su debate parlamentario, ante la evidencia de que iban a
sufrir una nueva derrota en la votación.
Naturalmente, no fue esta la razón que esgrimieron, sino que afirmaron que tomaron dicha decisión para garantizar que esta norma no se vea afectada por la situación electoral. Los de la mano y el capullo achacan la posición de los cocuquistas a la inminencia de las elecciones europeas y la necesidad de marcar terreno, pero en Restar-y-Dividir afirmaron que su negativa se debía a que la norma promueve la cultura del pelotazo.
Nada sorprendentemente, para el gobierno toda la culpa
sería del PP, al que atribuyen falta de sentido de Estado, porque habrían
primado sus intereses electoralistas frente una demanda de ayuntamientos y comunidades
autónomas (mayoritariamente gobernadas por la derecha), para favorecer
el desarrollo de vivienda pública.
No les apoyan ni sus socios, pero la culpa es
de quienes no lo son. Nihil novum sub sole.
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