Cuando el diablo se aburre, dicen, mata moscas con el rabo (no especifican con cuál, y perdón por el chiste procaz). Cuando los comunistas se aburren, y no tienen a mano a nadie a quien depurar, proponen chorradas.
La penúltima ha venido de los cocuquistas,
que han pedido la celebración de unos Gay Games –juegos olímpicos sólo
para gais, aunque habrá que entender que también incluirán a lesbianas,
transexuales, bisexuales, asexuales, pansexuales y demás florifauna arcoiris–
en Valencia porque, afirman, de esa manera se defiende lo inclusivo.
Es decir, son inclusivos excluyendo a todas
las personas normales (entendiendo por normal lo más abundante). Lo
más gracioso es que, considerando a PP y Vox como retrógrados y homófobos),
elijan como sede la ciudad de Valencia –gobernada por el PP en pacto con Vox,
dentro de una comunidad gobernada por el PP en pacto con Vox– porque la ciudad
es abierta, diversa e inclusiva.
A estos les patina la neurona más de lo habitual.
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