En materia de los regionalismos secesionistas, el partido de la mano y el capullo siempre ha estado del lado de los secesionistas y en contra de España, desde que la mano era un yunque con un libro y el capullo un tintero con una pluma. O sea, desde sus orígenes.
Y ello es así porque, desde su fundación,
sólo han tenido un objetivo: atrapar el poder y detentarlo tanto tiempo como
les sea posible. Y si para ello se tienen que unir a los seguidores de un
racista demente para cerrar un pacto programático y prometer un nuevo estatuto (ya irían tres), pues se hace.
Que es el por el poder, estúpidos…
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