Dentro de uno o dos siglos todavía habrá quienes, dentro del separatismo más cerril y criminal, seguirán recordando a quien fuera Jefe del Estado, Generalísimo de los Ejércitos y Caudillo de España por la Gracia de Dios, igual que los necios con barretina siguen recordando una batalla de hace trescientos años en la que no se dirimía lo que ellos dicen que se dirimía y en la que la persona a la que homenajean luchaba por el país del cual abominan, no por su entelequia que nunca ha existido.
Porque el partido de la banda terrorista,
asesina y mafiosa de ultraizquierda exige (obsérvese el verbo) una depuración
(ya sabemos cómo les gusta a éstos depurar) en la Fuerzas Armadas para expulsar a los militares que considera franquistas.
Si todavía queda alguno, debe estar a punto de pasar a la reserva.
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