En la época en la que Andalucía era el cortijo del partido de la mano y el capullo, era (mala) fama que tenían el voto comprado a base de pagar a la gente por no hacer prácticamente nada.
Como en tantas otras cosas, el mandato del psicópata
de la Moncloa no se diferencia en nada del de los correligionarios que le
precedieron. Únicamente que las cosas se hacen a mayor escala y con mayor
descaro.
Porque ni en la época más oprobiosa de las
peonadas la gente presumía de vivir del Estado, de robar y de tener móviles a
costa de Pedro Sánchez.
Es decir, a costa de todos los españoles.

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