El psicópata de la Moncloa es un matón: fuerte con los débiles, y débil con los fuertes. Es decir, es un cobarde.
No admite ruedas de prensa en las que puedan
hacerle preguntas comprometedoras; es decir, que sólo accede a entrevistas masaje
en medios controlados o afines. No sale a la calle porque le llamarían de
todo menos bonito. Cuando no tiene más remedio, minimiza su presencia y procura
esconderse; por ejemplo, tras Su Majestad el Rey don Felipe VI, a quien Dios
guarde muchos años. O cancela un acto con el candidato del partido de la mano y
el capullo en las elecciones regionales andaluzas, imputado, enchufador o enchufado
del hermanísimo, y alega lluvias.
Una lluvia de mierda, es lo que está cayéndole encima.

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