Un socialista sólo coincide con la verdad de higos a brevas (o de Pascuas a Ramos), parcialmente y sin pretenderlo en absoluto. Porque su ideología se basa en la mentira, la trola, el embuste y la falsedad y, naturalmente, no pueden sustraerse a la misma.
Así, cuando el desgobierno socialcomunista
que tenemos la desgracia de padecer ha dado luz verde a la llamada ley
Bolaños (o ley Begoña¸ según se atienda a quien la promueve o por
quien se promueve), en lo que supone un golpe al poder judicial no visto desde
el entierro de Montesquieu (Guerra dixit) que fue la Ley Orgánica del Poder
Judicial de 1.985, y la presenta como una ley histórica y garantista,
tiene razón, pero no en el sentido que ellos pretenden hacernos creer.
Es histórica como históricos fueron la peste negra, el genocidio armenio, el Holodomor o la Shoah. Y lo único que busca garantizar es la impunidad de sus promotores en general, y del psicópata de la Moncloa y su círculo más cercano en particular.

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