Se atribuye a Julius Marx la frase es mejor permanecer callado y parecer tonto, que abrir la boca y despejar todas las dudas. La dijera o no, es una verdad indudable.
Una versión más castiza sería la de que
ciertas personas están más monas calladas, porque cada vez que dicen algo, ese
algo suele ser una tontería. Es el caso de Cristina Pedorroche, que va
de progre pero, al menos por sus comportamientos, es una pija de manual,
una esnob en el sentido más etimilógico de la palabra.
Su penúltima chorrada -entre seleccionar la
noticia y escribir la entrada correspondiente ya soltó otra- fue declarar que
había sufrido un shock cuando se enteró de que su segundo hijo iba a ser
un varón, y que le daba vergüenza preguntarse si no le querría.
Lo que debería darle vergüenza es decir semejantes chorradas en público.

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