Sin
vocales
se estrenó en lo que podríamos llamar responsabilidades de Estado
diciendo a Mariano Rajoy no es no, ¿qué parte del ‘no’ no ha entendido?
Ahora, casi un lustro después, eso debe ser en lo único en lo que no ha cambiado
de opinión. De momento.
Porque,
a pesar de sus proclamas a la unidad (o lo que la izquierda entiende por unidad,
esto es, asentimiento callado a todas sus tropelías y dislates), a trabajar
juntos, a no dejar a nadie atrás, a aunar esfuerzos, y demás tonterías para públicos
crédulos, hace cinco semanas declaró, en una entrevista concedida al Corriere
della será, que nunca había pensado en una coalición con el PP
porque, según él, eso supondría que el PSOE acabaría como el PASOK griego.
A
lo mejor es porque ambas formaciones, a uno y otro extremo del Mediterráneo,
han cometido los mismos errores, tropelías y dislates…
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