Un
inútil es alguien que no sirve para nada. Un inepto, alguien que no vale para
un puesto determinado. Sin vocales es las dos cosas: no sirve para nada
(bueno, se entiende) y, desde luego, no vale para la alta responsabilidad en la
que los votos de los españoles, sus propias trapacerías y lo peorcito de la
clase política española le han colocado.
Porque,
a la vuelta de sus vacaciones -manda cojones, irse de vacaciones con la que ha
caído, está cayendo y va a caer-, lo que ha hecho el yerno del proxeneta gay ha
sido, literalmente, nada: no ha aclarado si habrá otro confinamiento y ha descargado en las comunidades autónomas la decisión de si se declara o no en
las mismas el estado de alarma.
Como
ha dicho el presidente del primer partido de la oposición-aunque, en algunos
casos, casi parece el colaborador más solícito, como cuando ha destituido a una
de las pocas personas en su partido que ponía las peras al cuarto al
desgobierno socialcomunista-, lo que ha hecho es escabullirse ante la peor pandemia del último siglo. Le ha faltado añadir que también estamos ante la
peor crisis económica de los últimos cien años… por lo menos.
Por
ello, y por mucho más…
¡¡¡EL
GOBIERNO ES RESPONSABLE!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario