Dice
el dicho -no un dicho de izquierdas, evidentemente- que en tiempo de rojos,
hambre y piojos. Supongo que esto es una manera nada delicada de poner de
manifiesto la inepcia absoluta de la izquierda en la gestión de la cosa
pública: aquello que tocan, lo destrozan.
Y
esto es así incluso cuando se parte de un escenario favorable. Pero si las
cosas van mal dadas, la estulticia ideologizada de socialistas y comunistas no
hacen sino agravar las cosas. Sucedió hace un decenio, cuando el empecinamiento
de Rodríguez y sus secuaces en negar la evidente crisis que se nos echaba
encima -que se echaba encima de todo el mundo, de hecho- no hizo sino agravar
las consecuencias y postergar la recuperación.
Ahora,
las cosas son peores. Porque con otra crisis de alcance mundial -no sólo
económica, sino también sanitaria-, tenemos a los comunistas -los rojos
del dicho- en el consejo de ninistros. Y si el mazazo a las economías de
los distintos países va a ser de órdago, la reacción tarde, mal y poco
del gabinete de Sin vocales nos aboca a un escenario verdaderamente
dantesco, con un desplome del veintidós por ciento del producto interior bruto,
que se dice pronto pero que se recupera, de no mediar un milagro de
proporciones bíblicas, muy lentamente… si es que se recupera
Por
ello, y por mucho más…
¡¡¡EL
GOBIERNO ES RESPONSABLE!!!
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