Durante
bastante tiempo hubo un hueco previsto en mi videoteca (¿serieteca?)
para esta serie del creador de Los Simpson, Matt Groening. Preveía que
me gustaría más que la más longeva -y no sólo por su temática futurista, aunque
también-, y debo decir que no me equivoqué. Eso sí, tardé en ponerme a reunirla,
y completarla me llevó algo más de tiempo. Para remate, todo este lío de la Covid-19
también influyó. Conclusión: que me ha costado más tiempo del que cabría
suponer el verla totalmente. Pero todo llega para el que sabe esperar, como
dice el refrán.
Para
empezar, la temática futurista no es más, creo yo, que una excusa para
filosofar (y criticar) sobre todo lo divino y lo humano, sin dejar títere con
cabeza (los que hayan visto la serie entenderán este chiste y sabrán que no es
casual). Por otra parte, no deja de ser una laaaarga historia de amor entre dos
de los protagonistas principales, Fry y Leela (un bellezón digamos… un poco
peculiar), mientras el resto del reparto (extraterrestres conquistadores,
soldados espaciales, gánsteres robot -o robots gánster- y prácticamente
cualquier trasunto de la actualidad) pulula a su alrededor con sus aventuras y
(a menudo, sobre todo para ciertos personajes) desventuras.
En
el aspecto técnico hay que señalar la mezcla de animación tradicional y
3-D, que da un aspecto más realista a ciertas secuencias. Por otra
parte, también plantea (de vez en cuando) cuestiones científicas (aunque ni
mucho menos al nivel ni con la frecuencia que en Big Bang).
Resumiendo:
una serie que me ha gustado bastante y que lamento que terminara. Aunque,
probablemente, de haber durado más es de suponer que no me habría lanzado a
verla…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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