La
izmierda demanda libertad, sí, pero para sus propios intereses.
Así,
exige libertad para los NoCHe, pero criminaliza y estigmatiza a los CHe. Exige
respeto a los ateos, pero no respeta a los creyentes… salvo si son musulmanes,
que ya sabemos que los fieles de esa religión de paz son gente de lo más
simpático y tolerante, con un gran sentido del humor (nótese la ironía).
Y
ya, descendiendo al caso concreto, nos encontramos con que el Ayuntamiento de
Valencia -gobernado por la izmierda, para desdicha de los residentes en
la capital del Turia- demanda a los futbolistas que hagan pública su condición sexual.
Dejando
aparte el hecho de que un homosexual es libre (o debería serlo) para elegir
cuándo y cómo sale del armario, se me hace muy cuesta arriba pensar que
los promotores de semejante iniciativa creyeran los datos si no apareciera
ningún homosexual.
Porque
ellos están convencidos de que el porcentaje de homosexuales en el deporte,
como en toda la sociedad, es elevadísimo… lo que se contradice bastante con el
galopante aumento de población en el planeta.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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