Si
ayer hablaba del zasca que un terrorista catalán propinaba a un golpista
catalán, a cuenta de los pucheros de éste por la intolerable osadía de
hacer (le) cumplir las normas, hoy toca comentar otra buena noticia: la citada
juez de vigilancia penitenciaria, esa que, según el golpista, ignora el Derecho
(es muy habitual entre los miserables achacar a los demás los defectos de los
que ellos mismos adolecen) rechazó los recursos de los golpistas contra la suspensión del tercer grado.
Así
que, con un poco de suerte, cuando acabe la cuarentena -salvo delinquir, los
compañeros de prisión del golpista no han hecho nada malo-, el golpista y sus
compinches seguirán entre rejas hasta que pase el tiempo legalmente prescrito.
Que
es donde deben estar, dicho sea de paso.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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